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Mi historia, un testimonio vivo de que cambiar es posible

Mi historia, un viaje desde las sombras hacia la luz, un camino marcado por momentos de profunda oscuridad, pero también por destellos de esperanza y transformación.

Antes de contarte mis años de adolescencia y el punto de inflexión espiritual que cambió mi vida, dejame llevarte un poco más atrás en el tiempo, a mis primeros años, donde todo comenzó.

Crecí en un hogar carente de amor y lleno de ausencias significativas . Fui criado por mis abuelos y mis tíos, figuras que se convirtieron en mis pilares en ausencia de un padre que nunca estuvo presente desde mi nacimiento y una madre que, con todo el amor que un corazón puede albergar, tuvo que buscar en el extranjero las oportunidades que nuestra patria no le ofrecía.

A la edad de 7 años, la vida me llevó a España, un cambio que prometía nuevos comienzos pero que también me sumergiría en uno de los desafíos más duros de mi vida: el bullying.

Desde el momento en que puse un pie en el nuevo colegio, supe que iba a ser difícil. Era el "rarito", el niño que no encajaba, que no pensaba como los demás. No comprendía por qué era diferente, pero esa diferencia era lo suficientemente clara para los demás niños, que no tardaron en convertirme en el blanco de sus burlas y agresiones.

Durante años, fui humillado y agredido a la salida del instituto, viviendo en un estado de miedo constante, incapaz de defenderme. Esa etapa de mi vida terminó a los 16 años, cuando, desesperado, le supliqué a mi madre que nos mudáramos. Y así lo hizo, nos trasladamos a Madrid, buscando un nuevo comienzo.

Lo que no sabía entonces era que Madrid marcaría el inicio de mi etapa más oscura. Entre los 16 y los 19 años, caí en el mundo de las drogas y las adicciones. Fue un tiempo en el que la cocaína, la marihuana y el alcohol se convirtieron en mis constantes compañeros, una vía de escape a un vacío que parecía imposible de llenar.

La vida, con todas sus posibilidades, se desvanecía ante mis ojos, sumiéndome en un abismo de rutina y descontento.

Pero al borde de cumplir 19 años, en la antesala de un cambio radical, una conversación con mi mejor amigo, Cristian, se convirtió en el faro que guió mi salida de la oscuridad.

Me habló de algo que parecía sacado de un cuento de hadas para mi mente racional y atea de aquel entonces: el sapo bufo alvarius, la molécula de Dios. ¿Cómo podía ser que el veneno de un sapo fuera la respuesta a mis súplicas, cuando ni siquiera creía en dios.

Movido por la desesperación, decidí abrir mi mente y mi corazón a lo inimaginable. Tomé la valiente decisión de mudarme a vivir solo, alejándome de una relación complicada con mi madre y enfrentándome a lo desconocido con apenas 500 euros en el bolsillo y sin empleo.

Fue un salto al vacío, pero en mi interior sabía que ya no tenía nada que perder. Lo que no imaginaba era que esa decisión me llevaría por un camino de profunda transformación.

La experiencia con el sapo bufo alvarius fue más allá de las palabras, un encuentro profundo con algo mucho mayor que yo mismo. No fue solo una experiencia divina en el sentido místico, sino un despertar a la realidad de mi propia existencia y mi lugar en el universo. Sin embargo, lo más valioso no fue ese instante de éxtasis, sino el viaje de autoconocimiento y crecimiento personal que inició desde entonces.

Con una nueva perspectiva y el corazón abierto a la sanación, empecé a ver el mundo de otra manera. La lectura se convirtió en mi pasión y el desarrollo personal, mi principal motivación. Incluso, me animé a abrir un canal en Instagram para compartir mi historia y motivar a otros a creer en su capacidad de transformación y su poder curativo interno. Cada día se convirtió en una nueva oportunidad para conocerme mejor, comprender la complejidad de la vida y descubrir mi propósito.

Hoy, seis años después de aquel momento decisivo, he creado el Proyecto Mintaka, un espacio dedicado a todos aquellos que buscan sentido y realización personal. A través de las medicinas ancestrales y el poder curativo de las plantas, ofrezco herramientas para aquellos dispuestos a embarcarse en su propio viaje de autoconocimiento y transformación.

Mi vida es un testimonio de que, incluso desde las profundidades de la desesperación, es posible encontrar un camino hacia la luz. A través de cada dolor y cada desafío, he aprendido y crecido, hallando finalmente el sentido de mi existencia.

Daniel

Conocete y conocerás a dios